La libertad fundamental en peligro
En el programa de esta semana, analizamos las amenazas que ponen en jaque la libertad de expresión.
Dionisio Gutiérrez comenzó situándose en un contexto marcado por la “degradación moral, mediocridad cultural y contaminación criminal en la política”, subrayando la necesidad de “rescatar los valores liberales y republicanos” en nuestras instituciones. La democracia, la ley y la libertad, "conquistas pasadas en vías de extinción", deben revalorizarse a través de una educación renovada, libre de "ideas fracasadas y demagogia emocional".
Además, enfatizó que nuestro deber como ciudadanos, especialmente el de las élites, es participar activamente en la vida cívica “con firmeza para defender y promover los valores de la democracia, la justicia y la libertad”. Esto es particularmente relevante ante el aumento del autoritarismo en el mundo y el peligro de las mentiras “manejadas por autócratas y tiranos, que están liquidando la libertad de expresión”, así como por “los mercenarios de las redes sociales”.
Gutiérrez señaló que las dinámicas destructivas actuales han creado un ambiente de autocensura y persecución hacia quienes denuncian la corrupción. Por quienes buscan silencio e impunidad, los gobiernos a menudo se entrelazan con el crimen organizado, lo que pone en grave peligro la libertad de expresión.
Asimismo, hizo un llamado a los ciudadanos del mundo para que, a través del “pensamiento crítico, y con capacidad de diferenciar la verdad de la mentira”, se unan en la defensa de la libertad de expresión, “que no es una generosa concesión que los políticos de turno dan al ciudadano, sino un derecho humano indiscutible y determinante para la democracia”.
Para finalizar, Gutiérrez recordó que “en política, la razón y la sensatez, no la emoción y la pasión, son la clave para construir democracias de instituciones funcionales”, y que es indispensable contar con “ciudadanos bien informados, conscientes de sus derechos y dispuestos a defenderlos para garantizar su libertad”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Ian Vásquez, vicepresidente de Estudios Internacionales de Cato Institute, y a Manuel Llamas, director ejecutivo del Instituto Juan de Mariana, sobre la libertad de expresión, las amenazas que enfrenta y la importancia de rescatarla.
Vásquez señaló que, en los últimos 15 a 20 años, hemos experimentado una “recesión de la libertad de expresión alrededor del mundo”, tanto en “países ricos como no ricos, en países democráticos y no democráticos”. La raíz de este fenómeno, expresó, es el auge de diferentes i-liberalismos, “ya sea populismo autoritario o nacionalismos”.
Respecto a las propuestas para legislar lo que se publica o expresa, y se considera desinformación o discurso de odio, enfatizó que esto constituye “una clara amenaza a la libertad de expresión”, ya que resulta complicado establecer estándares sobre qué se considera desinformación. Sin embargo, destacó que esta es una tendencia creciente, incluso en Estados Unidos, “donde ambos partidos quieren regular las plataformas”.
Además, indicó que las tendencias hacia la regulación del contenido promueven la autocensura, ya que hacen que “empresas, y medios cambien su actitud y conducta para no ofender y evitar regulaciones”. En el caso específico de América Latina, Vásquez considera que la mayor amenaza a la libertad de expresión proviene del sistema judicial, que se utiliza para “callar y para censurar” a los opositores.
Respecto a cómo proteger a quienes denuncian a políticos corruptos, gobiernos autoritarios y mafias, Vásquez señaló que este es un problema en mayor medida en América Latina y debe abordarse desde la raíz: “El fondo del problema está en otra parte, y es que se ha creado un mercado ilegal enorme de drogas. Sería mucho mejor tratar ese problema como un problema social y no criminal. Con eso se eliminaría buena parte del problema, incluso de libertad de expresión.”
Por su parte, Llamas expresó que la desinformación es un mal menor con la censura y el control de la expresión: “los gobiernos y los políticos son “la principal máquina de bulos y desinformación. Dejar en sus manos el control de la información es la gran amenaza”.
Además, indicó que, mientras se tengamos mayor acceso a la información, tendremos más “capacidad de recibir información veraz”. Es el ciudadano quien debe “desarrollar un pensamiento crítico, y ser desconfiado frente a los políticos y frente a los populistas que prometen utopías basadas en el control estatal”.
Un claro ejemplo de la manipulación de la información son los centros de producción de mentiras que operan en países como China y Rusia. Llamas subrayó que este fenómeno nos sitúa en una guerra asimétrica, “donde potencias gobernadas por tiranos y dictadores pretenden desestabilizar a las democracias libres y a las economías de mercado de forma soterrada, en forma de manipulación, en forma de ‘fake news’”.
Por último, Llamas manifestó que la censura es inaceptable, ya que pone en “riesgo nuestras libertades y derechos más básicos”. Sin embargo, mencionó que los únicos límites a la libertad de expresión son los “delitos catalogados en la mayoría de los códigos penales de las democracias occidentales. Es decir, la injuria y la calumnia”. No obstante, también enfatizó que esto ya se regula dentro de las constituciones liberales, lo que hace que las censuras que se intentan imponer ahora bajo “la excusa de combatir la desinformación”, ya que son formas en que “los gobiernos pretenden ponernos una mordaza en la boca para imponer su relato y su pensamiento”.
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Dionisio Gutiérrez comenzó haciendo un recorrido por los conflictos que han impactado el siglo XXI, desde el 9/11 hasta el reciente ataque terrorista a Israel. Ante este escenario, plantea lo difícil que es creer que esa es nuestra realidad:
Trujillo destacó que el contexto actual es el más similar al de la Segunda Guerra Mundial que hemos visto en años. Asimismo, señaló que estamos en una nueva Guerra Fría, pero a diferencia de la del siglo pasado, donde prevalecía la geopolítica de poder duro,
Por su parte, Henaro mencionó que vivimos en un mundo multipolar, donde los conflictos fuera del continente americano repercuten en este:
Dionisio Gutiérrez comenzó recordando el grito de tierra del 12 de octubre de 1492:
Gil indicó que la leyenda negra es un relato
Por su parte, Herrera subrayó que, en el contexto de la celebración del Día de la Hispanidad, es desagradable ver cómo un expresidente del Gobierno español sea cómplice de la dictadura en Venezuela:
Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre el papel fundamental de la economía en la vida de las personas, afirmando que
Henoch indicó que, si bien las ayudas sociales son necesarias para salir de la pobreza,
Por su parte, López comenzó explicando el impacto de la inflación en América Latina sobre la clase media:
Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre el panorama económico de los países capitalistas y desarrollados:
Landoni comenzó afirmando que el verdadero problema que se debe resolver es la pobreza y no la desigualdad. Para abordar la pobreza, indicó que es necesario
Por su parte, Espinosa comenzó destacando la importancia de distinguir entre desigualdad y pobreza:
Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionado sobre la trágica reelección de Morena, señalando que
Lara comenzó señalando que la reforma al poder judicial
Por su parte, Farfán resaltó que la elección de la reforma judicial es muy cuestionada. Aunque se ha presentado como una elección popular, la capacidad de elección del ciudadano será limitada. Indicó que
Dionisio Gutiérrez comenzó preguntando si estaría de acuerdo en que
Rivera inició estableciendo que el mejor sistema político para el crecimiento económico es aquel en el cual se promueve un
Por su parte, Núñez indicó que los gobiernos en América Latina necesitan emprender dos tareas para contrarrestar la desaceleración económica. Primero,

Arias inició expresando que el régimen de Maduro no tiene límites: “
Por su parte, Antonetti expresó que el papel que ha jugado hasta ahora la comunidad internacional en Venezuela se debe replantear: “

