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La autodestrucción de los imperios

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El programa de esta semana aborda el declive de los imperios en la historia, sus signos de agotamiento y los pronósticos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

 

En su editorial, Dionisio Gutiérrez reflexionó sobre el destino de los imperios a lo largo de la historia: "A lo largo de la historia – esa vieja relatora de lecciones que nadie quiere escuchar – se confirma que todo imperio que se creyó eterno acabó, tarde o temprano, enterrado bajo su propio peso."

Sobre las causas que llevan a los imperios a su caída, Gutiérrez expresó: "No cayeron por enemigos invencibles ni por eventos cósmicos. Cayeron por lo mismo que cae una casa mal cuidada: exceso de confianza, arrogancia, corrupción. Por olvidar que el poder no es propiedad sino préstamo."

En relación con el panorama actual, Gutiérrez señaló: "Vivimos en un mundo donde algunos, con traje moderno y sonrisa de algoritmo, aún creen que pueden imponer reglas, extender su influencia sin resistencia y dominar el tablero sin consecuencias. Pero la historia no es tonta. La soberbia imperial – de antes y de ahora – lleva en sí misma el germen de su propia destrucción."

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Daniel Rodríguez Carreiro, doctor en Ciencia Política y profesor universitario, y a Roberto Wagner, magíster en Relaciones Internacionales y Derecho Internacional y profesor universitario.

Rodríguez Carreiro explicó sobre la naturaleza transitoria de los imperios: "Los imperios son una construcción política contingente y por lo tanto no tienen porqué existir por toda la eternidad. Y de la misma forma que sus imperios son los que usted habló, pues al final, después de una época de predominio, pues acabaron por entrar en decadencia y finalmente desaparecer. Muy probablemente le vaya a ocurrir, si hacemos caso al conocimiento que podamos obtener a través de la historia, pues lo mismo le va a ocurrir al imperio americano."

Sobre la sobreexpansión de los imperios, Rodríguez Carreiro detalló: "La idea de la sobre expansión es cuando los imperios empiezan a tener éxito y empiezan a ocupar un mayor territorio y a ocuparse también de intervenir más áreas. Tienen, por lo tanto, que destinar una mayor cantidad de recursos o bien al control militar, o bien al control de rutas comerciales, etcétera, etcétera y esto hace que con el paso del tiempo no solo incrementen ese gasto público que supone, pues también una carga para sus propios ciudadanos, sino que además hace que cuando aparezca algún problema o alguna parte del imperio intenten resolverlo."

Wagner abordó la rivalidad entre Estados Unidos y China en el contexto actual: "Tras la llegada de Donald Trump otra vez a la presidencia de Estados Unidos, su principal preocupación dentro de tantas es la rivalidad con China. Primero, desde el 2004 no le gusta a Estados Unidos el crecimiento económico de China. Segundo, no le gusta a Estados Unidos la presencia de China en América del Sur y en lo que ese es su patio trasero, en lo que sería Centroamérica, el Caribe."

Finalmente, Wagner reflexionó sobre el ascenso de China en el ámbito global: "Sí, China es la economía más grande, pero recordemos que sigue jugando en una arquitectura comercial, económica y financiera creada por Occidente, de la cual se ha beneficiado mucho. La cuestión es hasta qué momento China viene y da ese paso adelante en cuanto a lo que es ese modelo geopolítico que se llama La Ruta de la Seda, en venir y convertirse en un incentivo para que al modelo chino lo sigan otros países, otras potencias aspirantes en el mundo."

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Dionisio Gutiérrez recorre medios asturianos en la antesala del VI Encuentro Ciudadano

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Esta gira forma parte de la agenda previa al VI Encuentro Ciudadano

Oviedo, 14 de mayo de 2025 - En el marco del VI Encuentro Ciudadano, que se celebrará el próximo jueves 22 de mayo en el Teatro Campoamor de Oviedo en Asturias, Dionisio Gutiérrez, presidente de Fundación Libertad y Desarrollo, emprendió una intensa gira de medios con el objetivo de generar un diálogo sobre el estado de la democracia y la libertad, el auge del populismo autoritario y el papel de las élites en estos tiempos de crisis global.

Gutiérrez sostuvo entrevistas con reconocidos medios de prensa escrita, digital, radio y televisión. El martes 13 de mayo, abrió la jornada en Gijón con una entrevista en El Comercio y, posteriormente, dialogó con La Nueva España en Oviedo. La noche cerró con una conversación en el medio digital MiOviedo.com. En todas estas apariciones, Gutiérrez subrayó la gravedad del momento político que atraviesa Iberoamérica y alertó sobre el debilitamiento progresivo de las instituciones democráticas. El miércoles 14, la gira continuó en los estudios de COPE Asturias, donde advirtió sobre los riesgos del descrédito de la política y la necesidad urgente de recuperar el sentido ético del poder. En TPA y RPA, desde Gijón, abordó el impacto de las redes sociales en la crisis de representación, así como la importancia del pensamiento crítico para sostener la democracia en sociedades polarizadas.

Más tarde, fue recibido oficialmente en el Ayuntamiento de Oviedo por el alcalde Alfredo Canteli, quien le dio la bienvenida a la ciudad y le agradeció que hagan de Oviedo el 22 de mayo, la capital Iberoamericana de la libertad. Ante medios locales, Gutiérrez afirmó: “América Latina tiene graves problemas sociales y económicos, pero estos son provocados por nuestro subdesarrollo político. El gran desafío de América Latina es rescatar la política”. La jornada concluyó con una última entrevista con La Voz de Asturias.

Esta gira forma parte de la agenda previa al VI Encuentro Ciudadano, un foro internacional que reunirá a destacadas figuras del pensamiento, la política y el periodismo iberoamericano para debatir si la democracia y la libertad están en peligro. Será la primera edición del evento celebrada fuera de América Latina, consolidando a Oviedo como epicentro del diálogo democrático iberoamericano.

Contacto de prensa:
contacto@fundacionlibertad.com  

 

 

¿Estamos cayendo en el precipicio del autoritarismo?

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En el programa de esta semana, analizamos el autoritarismo y su intento de infiltrarse y socavar las bases de la democracia. 

 

Dionisio Gutiérrez inició reflexionando sobre el declive de la democracia: “La democracia, como sistema, está quedando acorralada. No con fusiles, sino con votos. La desgracia totalitaria no está llegando en forma de golpe de Estado, sino de gobierno electo. El nuevo tirano no entra al palacio derribando puertas, sino ganando elecciones, y una vez adentro, se quita la máscara”. 

Agregó que el inicio del debilitamiento democrático comienza con señalamientos a “los jueces que estorban”, diciendo que “los periodistas mienten, la oposición traiciona y la libertad divide”. De esta manera, “lo que era una democracia imperfecta, se convierte en una ficción autoritaria disfrazada de proceso popular”, señaló. 

Ante estos peligrosos escenarios, Gutiérrez recordó que “las libertades no desaparecen de golpe, se disuelven”. Por ende, debemos estar atentos a la forma en que lo hacen: “Se empieza con el control de los medios. Sigue la reforma de la justicia. Luego, se persigue a la oposición, se manipulan elecciones, se envenena el lenguaje. Y cuando el ciudadano quiere reaccionar, ya es tarde. La tiranía se ha instalado y lo hace con traje, sonrisa y mayoría parlamentaria”.

Además, añadió que el autoritarismo moderno es sigiloso: “No grita, administra. Administra el miedo, la mentira, el relato único. Y si alguien se atreve a discrepar, se le cancela, se le expulsa, o se le silencia bajo la acusación de ser enemigo del pueblo”. Incluso, algunas veces se desarrolla con el consentimiento de los ciudadanos, agregó. 

Para finalizar, Gutiérrez instó a despertar, a darse cuenta que nadie está a salvo. Así como a “reconocer que libertad no es solo decir lo que uno quiere, es permitir que el otro diga lo que no queremos oír” y también a organizarnos como sociedad para vigilar al poder: “La historia nos enseña que las democracias mueren cuando los ciudadanos bajan la guardia y se acostumbran al abuso”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Tomás Arias, doctor en derecho y profesor universitario, y a Jonatán Lemus, doctorando en gobierno y politólogo, sobre el autoritarismo y su intento de infilstrarse y socavar las bases de la democracia. 

Arias inició resaltando que el autoritarismo democrático es un fenómeno que comienza con el declive de las instituciones: “El público que participa en el proceso electoral que se decepciona, que no se ve representado, busca las vías rápidas”. Además, mencionó que la ausencia de institucionalidad también facilita el deterioro democrático.

Sobre el papel que juegan las redes sociales en el debilitamiento o fortalecimiento de la democracia, Arias expresó que “el problema está en la calidad de la información”, pues no necesariamente estamos mejor informados y se observa a muchos políticos usando redes sociales para ganar afinidad de manera rápida.

Por otro lado, Arias instó a los ciudadanos a “estar en alerta y no confiar en el poder”. Agregó que, para ser un verdadero ciudadano responsable, debemos poner barreras al poder: “Dudar, criticar, preguntar. Debemos desarrollar más nuestro sentido crítico”. 

Lemus, por su parte, indicó que la diferencia entre una democracia autoritaria y una dictadura tradicional es que, en la primera, hay un disfraz de democracia: “Estamos viendo políticos con popularidad muy grande y que dan la sensación de que hay legitimidad democrática. Sin embargo, en el fondo, sus agendas son concentrar el poder”. 

Respecto a América Latina y su propensión a caer en populismos, señaló que, después de la década los noventa, “el sistema democrático ha tenido mucha dificultad para dar resultados. Por ejemplo, en el tema de seguridad y corrupción, lo que genera un descontento generalizado y hace a las personas más susceptibles a estos discursos”. 

Lemus señaló que algunos de los factores políticos, sociales y económicos que favorecen al autoritarismo son los votantes y su desencanto con la democracia, un resentimiento hacia los cambios económicos que trajo consigo la globalización y un factor de polarización entre valores tradicionales y progresistas. 

Adicionalmente, indicó que las élites tienen una tarea con el compromiso democrático: “Que cuando surjan estos líderes [con tendencias autoritarias], resistan los ataques de esos líderes contra las instituciones democráticas. Ese liderazgo podría hacer que haya votantes que se sumen a esta causa pro instituciones democráticas, creando un círculo virtuoso”. 

Lemus expresó que, muchas veces, los líderes populistas que prometen erradicar los problemas de sus países terminan replicando las mismas prácticas de gobiernos anteriores: “Estos líderes que proclamaban erradicar la corrupción estuvieron detrás de los otros y utilizan las mismas prácticas. La diferencia es que eliminan el acceso a la información pública, lo cual es una tendencia global. Por otro lado, estos líderes llegan para resolver problemas, pero no estamos viendo que utilicen el poder para pasar las grandes reformas que se necesitan en América Latina”. 

Para finalizar, Lemus agregó que debemos recordar que sí es posible resolver los problemas que enfrenta la región desde la democracia. 

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Rescatar la política para proteger la economía

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En el programa de esta semana, analizamos la relación entre la política y la economía.

 

Dionisio Gutiérrez inició reflexionando sobre el peligro de dejar las riendas económicas de un país en manos de políticos inexpertos: “No se trata de errores técnicos, sino de decisiones deliberadas, como convertir al Estado en una máquina de populismo financiero, donde solo crecen la deuda y el gasto, donde las cifras se maquillan, el déficit se ignora y las promesas se multiplican mientras los ingresos se evaporan”.

 

Agregó que los políticos deshonestos utilizan la economía de sus países como “herramienta para consolidar poder, comprar aplausos y distribuir favores a cambio de obediencia”. Además, indicó que estos actores no están interesados en el crecimiento sostenido y a largo plazo, pues están dispuestos a endeudar el futuro como si no fuera de nadie, a cambio de ovaciones momentáneas. 

 

Gutiérrez señaló que el problema “se agrava cuando el ciudadano, fatigado o resignado, deja de exigir explicaciones, normaliza el absurdo y acepta la miseria como si fuera parte del paisaje, cuando son la indignación y la protesta las que debieran decir presente”.

 

Para finalizar, recordó que “detrás de cada número en la economía está la vida de millones”, por lo cual, resulta urgente “restablecer la sensatez y hacer que la política y la economía recuperen el valor y la razón”, así como “exigir a los políticos que gobiernen con inteligencia, honor y honradez para restituir la moral pública y el compromiso con el bien común”.

 

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Paulo de León, analista financiero y económico y cofundador de CABI, sobre la relación entre la política y la economía. 

 

De León expresó que estamos viviendo tiempos complicados: “Ha habido un pequeño desacoplamiento de Latinoamérica con Estados Unidos. Particularmente, Sudamérica, que se ha enganchado más a China, pero Centroamérica y México sigue girando en torno a Estados Unidos y la recesión en la que está Estados Unidos desde hace ya 14 meses, ya la sentimos”. 

 

Por otro lado, indicó que, dejando de lado el tema inflacionario, los mayores problemas de la región son, a su juicio, “el aumento de la corrupción y de la criminalidad, que también generan inseguridad jurídica”. La pérdida de la confianza en la justicia y los costos que esto implica para los negocios, generan un panorama en el cual “la rentabilidad cae y la inversión baja”, señaló de León. 

 

Respecto a la delicada situación de Estados Unidos y sus finanzas públicas, añadió que es crucial que se lleve a cabo un ajuste fiscal: “Estamos hablando de la moneda de reserva de valor del mundo. Tienen que arreglar su problema o, si no, la gente irá hacia otro activo”. Además, ilustró que esto ya se está viendo, pues “el oro está en máximos históricos y la plata también está subiendo”

 

De León también expuso que uno de los mayores problemas en las finanzas de los países en la actualidad es el exceso de regulaciones: “Ha llevado a una parálisis de productividad. Europa lleva estancada 15 años, su ingreso per cápita es el mismo que en el 2008”. Asimismo, señaló que la economía mundial es insuficiente: “La desigualdad crece con la pérdida de poder adquisitivo y la gente está complicada. Sumado a eso, estamos entrando en un rol complejo de la inteligencia artificial, donde puede suplantar a mucha gente y quedarse sin trabajo”. 

 

Para finalizar, de León firmó que es necesario volver a los básicos: “promover la inversión, desregularizar las economías y darles un rol principal al sector privado y la familia y al Estado solo uno de facilitador”. 

 

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La antesala del desorden

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En el programa de esta semana, analizamos el endeudamiento y el déficit fiscal.

 

Dionisio Gutiérrez reflexionó sobre el desorden fiscal de muchas naciones y sobre la peligrosa normalización del déficit: “No es solo mala administración. Es la antesala del desorden, la plataforma de la corrupción y, en muchos casos, el prólogo de la ruina”.

Señaló que la deuda pública, más allá de ser un número “consume el futuro para sostener un presente artificial, alterando el contrato moral que [une al gobierno] con sus ciudadanos”. Además, indicó que los gobiernos populistas aumentan el gasto “no para el bien común, sino para engordar amigos y comprar voluntades” y, cuando llega el momento de pagar, nadie se hace responsable. 

Gutiérrez advirtió que el déficit, lejos de ser una solución, se vuelve un peso en el futuro de los países: “La deuda pública mal gestionada es una hipoteca sobre las espaldas de generaciones que aún no han nacido, un acto de egoísmo colectivo que disfraza de bienestar el desastre que está por venir. El ciudadano común, sin embargo, paga el precio sin comprender del todo las razones y el fondo del drama. El ajuste siempre llega y trae recortes, pobreza, inflación y desempleo”.

Al finalizar, señaló que la “salud fiscal de una nación refleja la disciplina interna de su clase dirigente” y que para ser una nación exitosa es necesario gozar de buena política fiscal. 

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Hugo Maul, investigador asociado del CIEN, y a Clynton López, director de economía en la UFM, sobre endeudamiento y el déficit fiscal. 

Maul indicó que, al hablar de deuda pública, es importante comprender que “siempre que la tasa de crecimiento económico supere a la tasa de interés a la cual se contrata la deuda, el país genera los medios para pagar la cuota mínima, que son los intereses”. Además, señaló que la deuda solo debería contraerse cuando esta va dirigida a proyectos que generen “capacidades adicionales de productividad, de ingresos a las personas” que se traduzcan en capacidad de tributar. De esta manera, se asegura un retorno y, a su vez, la capacidad de pago. 

Por otro lado, explicó cómo el endeudamiento público afecta la vida diaria y la economía familiar de los ciudadanos: “La deuda a uno como ciudadano lo engaña porque uno piensa que, si el gobierno gasta, pero no cobra más impuestos, es mejor para uno. Pero el problema es que no estamos viendo el futuro. Los gobiernos no crean riqueza, por lo que la deuda es una carga futura tributaria”. 

Respecto al impacto que tiene un alto pago de intereses de la deuda en países, Maul expresó que el problema se da cuando la mayor parte del presupuesto público se va a pago de intereses: “Y luego, como no alcanza para la salud, la educación, la infraestructura, tienen que recurrir a más endeudamiento y se cobran impuestos para pagar la deuda”. 

Además, subrayó la importancia de que “prevalezcan criterios técnicos en los niveles de gasto, la evaluación económica del gasto público y prioridad en su uso”. 

Por su parte, López indicó que la lógica detrás del endeudamiento de los gobiernos se debe a la burocracia, la cual “pretende hacerse crecer a sí misma, cuando debería ajustarse a las necesidades de proveer servicios básicos, sobre todo, seguridad y justicia. Sin embargo, la burocracia se hace crecer a sí misma y, por interés propio, genera grandes déficits”. Además, señaló que lo más preocupante de las deudas públicas ahora es que no se utilizan estrictamente para financiar infraestructura que genere desarrollo, sino para hacer crecer el Estado.

Sobre la posibilidad de estar cerca de una crisis de deuda similar a la de los años ochenta, López comentó que es probable: “Los gobiernos han crecido de manera desmedida sin ver la capacidad de pago real que pueden generar a partir del cobro de impuestos. Confían en que podrán usar el banco central como botín en casos de emergencia, pasando por encima la autonomía de estos bancos”. 

Para finalizar, López comentó que una alta deuda pública afecta la inversión extranjera y la confianza en la economía de los países: “Los déficits actuales encarecen la deuda privada. Es mentira pensar que la deuda interna de los gobiernos no genera distorsiones en los mercados locales de deuda. Por lo tanto, encarecen también la deuda de los privados locales e internacionales”. 

 

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La AI: ¿Amenaza, oportunidad o desafío?

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En el programa de esta semana, analizamos los avances de la inteligencia artificial. 

 

Dionisio Gutiérrez reflexionó sobre los rápidos avances de la tecnología en el mundo y sobre la maravilla que es la inteligencia artificial: “No es otra cosa que el más colosal espejo que el hombre ha puesto frente a sí mismo. Un espejo que devuelve no solo el rostro, sino también las sombras del alma”.

Agregó que es de las mayores hazañas del mundo, pues el humano fabricó un “pensamiento ajeno”, una máquina capaz de calcular, comunicarse, diagnosticar y argumentar. Sin embargo, resaltó que “donde hay prodigio, suele haber peligro, y donde la técnica se desboca, la moral ha de templar las riendas”. Gutiérrez advirtió que el verdadero peligro no está en que “que la inteligencia artificial nos destruya, sino que nos sustituya sin darnos cuenta, o peor, que nos acomode en la cómoda servidumbre de la pereza mental”.

Citando a Ortega, Gutiérrez recuerda que “el hombre no tiene naturaleza, sino historia” y es precisamente esa historia la que nos exige responsabilidad frente a esta tecnología. Agregó que “si es guiada con responsabilidad y sabiduría, puede ser el más noble de los instrumentos, pues no es monstruo, sino espejo”. 

Al concluir, Gutiérrez invita a que no temamos a la inteligencia artificial, “sino que se le comprenda; que no se le adore ni se le rechace, sino que se le dé propósito. Porque, si el hombre ha creado, en libertad, una nueva forma de inteligencia, que esta sirva, no para suplantarlo, sino para elevarlo a mayores niveles de libertad”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Pablo Zegers, doctor en ingeniería eléctrica y electrónica, y a Erick Sosa, doctorando en inteligencia artificial y ejecutivo de Microsoft, sobre los avances de la inteligencia artificial, sus oportunidades y amenazas.

 

Zegers inició señalando lo revolucionario que es la capacidad de la inteligencia artificial, pues posee los dos tipos de pensamiento: “El tipo uno es el reactivo y es de suma facilidad. El segundo, es el pensamiento reflexivo profundo y este ahora está a la disposición de todas las personas”.

 

Respecto a quiénes deberían de tener el poder de controlar la inteligencia artificial, Zegers mencionó que deberían ser distintas entidades: empresas privadas, gobiernos, comunidades, y nunca una sola.

Por otro lado, a su criterio, el escenario de que la inteligencia artificial tome todos los espacios de trabajo y genere desempleos masivos, no será tan terrible: “Los griegos hace 2,500 años se dieron cuenta que el humano hacía algo que los animales no: buscar la verdad, gozarnos en hacer el bien y apreciar las cosas bellas. Y eso tenemos que hacerlo nosotros, el ocio siempre lo vamos a tener que hacer nosotros”. Es decir, puede ser una oportunidad para tener más tiempo de gozar de ocio. 

 

Zegers también indicó que la inteligencia artificial mal utilizada puede causar daño y existe el riesgo de que personas malintencionadas se potencien con la ayuda de esta herramienta. Ante este nuevo escenario, en el cual las consecuencias siguen siendo interrogantes, Zegers considera que el debate de qué derechos deberìan tener los humanos en un mundo dominado por inteligencia artificial es importante: “Por ejemplo, en algunos países europeos la legislación obliga a una entidad artificial a identificarse”. 

 

Por su parte, Sosa mencionó que la aplicación de la inteligencia artificial en la vida diaria de las personas se hará presente. Por ejemplo, el delegar tareas, lo cual nos permitirá “ahorrar tiempo” e incluso obtener sugerencias de acciones a tomar basadas en la información que tenemos. 

 

Sobre cuáles son los esfuerzos de los desarrolladores en estas tecnologías, Sosa expresó que hay dos principales: “Hacer modelos más eficientes, cómo usar de mejor manera los datos y, segundo, cómo hacer que las personas pasen de una IA más conversacional para entender información a una más accionable”

 

Por otro lado, se abordó el reto que plantea el uso de la inteligencia artificial en las escuelas y universidades y cómo estas deberían adaptarse a esta nueva tecnología. Sosa indicó que es importante que las instituciones educativas tomen una posición respecto al uso de la inteligencia artificial, “cómo educamos a que la usen y cómo dejarla usar”.  Además, señaló que, a su juicio, el rol de los educadores cambiará y sugiere implementar cátedras socráticas para discutir lo aprendido y las conclusiones a las que han llegado los alumnos. 

 

Para finalizar, respecto a la facilidad de generar imágenes y textos falsos que impulsen la desinformación y cómo combatir las noticias falsas generadas por inteligencia artificial, Sosa expresó que hay dos grandes aspectos. Primero, existen herramientas que “ayudan a detectar que una noticia es falsa o que una foto fue generada por una herramienta de este tipo”, pero también se tendrá que acompañar con “regulación y leyes”. Segundo, ve esencial el sentido común: “Debemos estar más conscientes de las fuentes de las que consumimos información”.

 

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Un mundo de inestabilidad e incertidumbre

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En el programa de esta semana, analizamos las dimensiones de la vida.

 

Dionisio Gutiérrez reflexionó sobre la rapidez con la que transcurre la vida y plantea una invitación a detenernos para analizar qué aspectos merecen más atención para “ser razonablemente felices”. 

Gutiérrez subrayó que comprender la vida es “el desafío más importante que enfrentamos”, pero que “uno de los maestros de estas artes dice que, en la vida, hay cuatro dimensiones a las que debemos dedicar tiempo, dar prioridad y hacer parte de nuestra rutina de vida”. 

Sobre la primera, señaló la importancia de “creer en algo y respetar ciertos valores”. La segunda, la importancia de sentirse en familia y contar con ella. La tercera, la vida social: “lo que le da sentido de comunidad y pertenencia”. Y, por último, el propósito de vida, que incluye aquello a lo que una persona se dedica para vivir y realizarse.

Gutiérrez recordó que, a pesar de las dificultades de la vida y, especialmente cuando esta “se pone cuesta arriba”, debemos recordar que “es la única oportunidad que tenemos para ser razonablemente felices, y hay que intentarlo. No se llega a la felicidad sin la tristeza, ni a la madurez espiritual sin sacrificio”. 

Para finalizar, instó a no olvidar el consejo de Sócrates: “Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Juan Ignacio Ardón, psicólogo clínico y catedrático universitario, y a Gabriela Morales de Sanz, psicóloga clínica, sobre las dimensiones de la vida. 

Ardón inició destacando las dimensiones que dan balance y estabilidad a la vida: “Primero, la salud. Segundo, el propósito de vida, el hacia dónde vamos. Tercero, el código ético, cómo discriminamos lo que es correcto y lo que no para la vida. Cuarto, las relaciones interpersonales. Y, por último, el arte y la recreación”. 

Por otro lado, indicó que una de las disfunciones más graves que se ven representadas en la sociedad actual es la ansiedad, que es “el miedo constante a lo que pueda pasar, la cual genera menor confianza en la capacidad que uno tiene de resolver conflictos y hace creer que dependemos de otras personas para resolver nuestros conflictos”. 

Sobre el crecimiento personal, Ardón mencionó que es importante “intentar alcanzar su propósito y meta de ser feliz”, para lo cual, las relaciones interpersonales son “un factor secundario, pero crucial” en la vida. Además, debemos preguntarnos lo que identificamos como bueno, saludable y correcto para nuestras vidas, añadió, pues “valorar algo es distinto a que eso sea bueno”.

Ardón indicó que, para gestionar nuestras emociones, es indispensable la inteligencia emocional y la racionalidad, “que no significa ausencia de emociones”. Para lograr adquirir esta inteligencia, expresó que necesitamos saber que las emociones no son fuente de conocimiento: “Hay que vivir y sentir las emociones, pero nunca caer en la trampa de guiarse por ellas, sino guiarse por el juicio correcto”. 

En relación a los eventos traumáticos que algunos enfrentan en la vida y cómo convertir una experiencia difícil en una oportunidad de crecimiento y transformación personal, Ardón señaló que primero hay que identificar el evento y tener claro que generará pérdida de confianza en sí mismo: “Cuando ocurren situaciones similares, uno pierde otra vez fuerza en el ´yo´”. Ante estas situaciones, es indispensable la autoestima, que es “recuperar la confianza de uno en su mente y tener la certeza de que uno puede ser feliz”. Agregó que, para evitar repetir situaciones similares al trauma, es importante tratarlo: buscar ayuda o bien, “identificarlo y saber que uno ya no es tan vulnerable como antes”. 

Por su parte, Morales señaló que el ser humano tiene en sí “luz y sombra” y, constantemente, “se encuentra balanceando positivo y negativo”. Remarcó que la clave para una salud mental fuerte es inclinarse a lo positivo: “[Debemos] estar vigilantes de que la negatividad no nos gane. La virtud más grande del humano es la libertad de cómo queremos pensar, de cómo queremos vivir, de cómo queremos sentir y no determinarnos por el concepto que alguien más formó de nosotros”. 

Respecto a cómo encontrar un balance entre nuestras necesidades emocionales y lo que la vida apresurada de hoy nos exige, Morales recalcó que debemos buscar la autorregulación. Es decir, “velar por vivir en conciencia, en el presente para mantenernos conectados y hacer bien lo que hacemos”.

Por otro lado, Morales recalcó que la felicidad es un sentimiento, los cuales son pasajeros. Por lo tanto, “los humanos deberíamos enfocarnos en vivir de manera plena. La plenitud, la serenidad y la paz son sostenibles”. Además, expresó que la salud mental está determinada por la “capacidad de manejar el conflicto, sostener emociones difíciles y resolver”, así como de “reconocer errores, culpa y vergüenza”. 

Morales añadió que el autoconocimiento es “un superpoder”, el cual “toma tiempo y valentía”, pero que es imprescindible. A través de nuestra historia y de nuestras experiencias, nos conocemos mejor. Sin embargo, señaló que “no deberíamos de definirnos de ninguna manera, sino permanecer curiosos de quién somos y en quién nos queremos convertir”. 

Para finalizar, Morales dio tres prácticas esenciales para fortalecer la inteligencia emocional y la relación con nosotros mismos: “Hay que tener un lenguaje de sentimientos, segundo, auto conocernos y auto regularnos y, por último, tener un testigo, pues tenemos la necesidad de acompañarnos en el proceso de conocernos mejor”. 

 

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¿Por qué, teniéndolo casi todo, logramos tan poco?

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En el programa de esta semana, analizamos los desafíos económicos que enfrenta América Latina. 

 

Dionisio Gutiérrez señaló cómo América Latina, a pesar de ser “generosa en recursos, talento humano y diversidad”, enfrenta un crecimiento económico “insuficiente y decepcionante”.

Además, destacó que "el escaso crecimiento no es solo una cifra desalentadora, es la causa directa de vidas truncadas, talentos desperdiciados y generaciones condenadas a una existencia sin horizonte". Cuando la región tiene tanto, pero avanza tan poco, se “erosiona la confianza colectiva”, añadió.

Por otro lado, Gutiérrez expuso que en una sociedad donde se “trabaja mucho para ganar poco, con empleos que no alcanzan y gobiernos que no entienden”, “las élites latinoamericanas practican una pasividad inquietante”. A esto, agregó que no existe un verdadero modelo de desarrollo en la región: “Se navega entre planes de corto plazo, parches fiscales y discursos retóricos que no se traducen en reformas estructurales. Nadie parece dispuesto a asumir el riesgo de pensar a largo plazo y apostar por la libertad”.

Para finalizar, Gutiérrez reflexionó que "América Latina lo tiene todo para prosperar, pero logra poco", y que esta falta de progreso no se debe a la falta de talento, sino a la escasez de caminos por los cuales caminar.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Hernán Bonilla, presidente del Centro de Estudios para el Desarrollo en Uruguay, y a Javier Núñez, economista y consultor, sobre los desafíos económicos que enfrenta América Latina. 

Bonilla señaló que el escenario económico para América Latina es “de gran incertidumbre” y que las “perspectivas se han vuelto más pesimistas a partir de las medidas proteccionistas que están afectando a los socios comerciales de Estados Unidos y empiezan a afectar al resto del mundo”. 

También agregó que el crecimiento económico de la región para 2025 se estima que estará “en torno al 2.5 % en promedio” y que los principales países de la región crecerán poco: “México [crecerá] menos de 1.5 %, Brasil cerca del 2 % y la única excepción que se ve por ahora es Argentina, con un crecimiento en torno al 5 %”. 

Respecto a cómo puede defenderse América Latina a una guerra comercial entre potencias, Bonilla expresó que, a su juicio, los países no deberían de adoptar una política de retaliación: “Hay que buscar otras oportunidades, hay que persistir, aunque el panorama vaya en contra, con ideas a favor del libre comercio porque esa es la única salida para nuestros países”. 

Por último, Bonilla añadió que salir de este ciclo puede “costar mucho”, pero que debemos apostar por “mercados de trabajo que permitan la creación de empleo” e implementar “medidas vinculadas a la libertad económica”. 

Por su parte, respecto a la agenda del Gobierno de Estados Unidos y el mexicano para la economía del continente, Núñez indicó que “el Gobierno mexicano tiene muy claro que su prioridad es la defensa del Tratado de Libre Comercio”. Sin embargo, mencionó que no es claro “cuál es la intención del gobierno americano, pues, en ocasiones, parece que sus decisiones favorecen a sus rivales económicos”. 

Sobre las políticas anti-migratorias de Estados Unidos y los efectos económicos en ese país y en los que dependen de las remesas, Núñez señaló que “en la medida en que Estados Unidos apriete los controles migratorios tendrá un problema de costos”. Asimismo, señaló que causaría “un gran efecto en las economías [que dependen de remesas] y sobre la gente”. 

Por otro lado, Núñez subrayó que la competencia por sí sola no es suficiente para lograr el desarrollo: “Se requiere emprender otro tipo de reformas que generen incentivos atractivos para que llegue la inversión. Entre ellas, la aplicación consistente y predecible de políticas en el tiempo. Se requiere disciplina financiera y respecto a las inversiones privadas”. 

Para finalizar, Núñez indicó que el panorama futuro es “un poco complicado”, pues tradicionalmente se creía que cuando las circunstancias eran adversas “había que apostar más en la competitividad en el mercado internacional”. Sin embargo, pareciera que las corrientes actuales quieren desvincularse a este proceso, señaló. 

 

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Argentina ¿al borde de su redención?

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En el programa de esta semana, analizamos las reformas en Argentina y su recuperación.

 

Dionisio Gutiérrez inició recordando el desastre que provocó el populismo peronista en Argentina: “Fueron décadas de malas políticas económicas, derroche y corrupción”. Señaló que el populismo saca lo peor del ser humano, pues “produce gente haragana y oportunista, asfixia la iniciativa individual y destroza el deseo de superación por esfuerzo y mérito propio. Condena a la pobreza a las nuevas generaciones”. 

Gutiérrez expresó que lo que llevó a Argentina al mal estado en el que estaba fueron “décadas de gobiernos populistas gastando más de lo que ingresaban, endeudándose, emitiendo moneda sin respaldo y robando”. Ahora, aunque requiera trabajo y sacrificio, los argentinos tienen una esperanza de salir adelante “con la medicina que están tomando”, expresó.

La lucha que lleva Argentina hoy está liderada por las “ideas, los valores, el trabajo duro y los sacrificios que abren las puertas del desarrollo y la prosperidad para todos”, las mismas que “hicieron ricos a los países que lo son”, subrayó Gutiérrez. Dichas ideas y valores son los que han demostrado ser exitosas: “economías en mercados libres, con respeto a la propiedad privada, con certeza jurídica y políticas públicas que promovieron la inversión”.

Para finalizar, Gutiérrez recordó que los gobiernos que alcanzan el desarrollo en sus naciones “tienen responsabilidad fiscal, promueven la inversión y el crecimiento económico, respetan la división de poderes y tienen sistemas de justicia que funcionan y garantizan que las leyes sean iguales para todos”. 

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Ricardo Rojas, doctor en historia económica, abogado y escritor, y a Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, sobre Argentina y la batalla que lucha para recuperarse. 

Rojas comenzó expresando que la aprobación del presidente Milei ha caído, pero que gran parte del voto que recibió fue “para cambiar el rumbo [del país] y salir de la crisis”. Por lo tanto, a su juicio, si sigue ese camino “no tendrá problemas”, pues los argentinos siguen observando la evolución de las medidas implementadas.

Respecto a las próximas elecciones legislativas, Rojas expresó que aún no se sabe si Milei tendrá una alianza con partidos o si irán separados. Sin embargo, mencionó que, de hacer alianzas, “podría obtener un buen respaldo electoral, que es lo que necesita”.

Respecto al sentir y comprensión de los argentinos sobre las complicaciones que conlleva revertir el daño económico producido por los gobiernos anteriores, Rojas indicó que “Milei, durante la campaña, fue claro en decir que vendrían dos años muy duros”. Además, recordó que cuando tomó posesión “anunció que la crisis era terrible y que iba a llevar mucho tiempo resolverla”. Es decir, a su parecer, sí hay apoyo, sumado a que conserva el 50 % de imagen positiva tras un año de gobierno.

Entre los riesgos de que Milei se desvíe de su plan de recuperación, Rojas mencionó la falta de confianza “para que las inversiones lleguen al país” y “que los brotes de violencia que se han generado por parte de los opositores tengan éxito”.

Por su parte, Abram indicó que la actual administración argentina ha logrado “bajar la inflación mensual del 25 % en diciembre de 2023 a niveles por debajo del 3 % el año pasado y del 2 % en lo que va del año”. Añadió que esto ha sido posible haciendo que “el banco central emita lo que la gente demanda, no lo que los gobiernos quieren”.

Además, Abram expresó que la recuperación del salario real es resultado de la recuperación de la confianza: “Cerrar las cuentas públicas, bajar la inflación y un cambio de percepción del rumbo al que va Argentina en locales y extranjeros”. De igual forma, resaltó que el índice de pobreza, que superó el 50 % en el primer trimestre de 2024, ha disminuido desde el segundo trimestre de 2024, al igual que el desempleo: “Cerramos el 2024 con 4 o 5 % de desempleo, [una disminución] por creación de empleo, y se estima que estamos por debajo del 40 % en los niveles de pobreza”.

Por otro lado, Abram indicó que hay dos factores claves para mantener el crecimiento económico en Argentina: “lograr una reforma tributaria y la desregulación de la economía”.

Para finalizar, Abram indicó que espera que Argentina regrese a niveles normales al final del gobierno de Javier Milei.

 

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Las opciones que no son opción

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En el programa de esta semana, analizamos las tensiones geopolíticas que atraviesa el mundo.  

 

Dionisio Gutiérrez comenzó destacando los eventos que marcaron el fin de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de un nuevo orden mundial. Estados Unidos asumió el liderazgo de Occidente, y Europa inició su reconstrucción basada en la democracia liberal y el capitalismo, lo que consolidó a Estados Unidos como el nuevo imperio tras la caída del Muro de Berlín y la implosión de la Unión Soviética.

Sin embargo, Gutiérrez advirtió que la historia ha sido definida por ciclos de cambio y disrupción, y que “estamos, en este momento, forzando el cambio de este ciclo, sin corregirlo, a otro, que, por el momento, ofrece más volatilidad e incertidumbre que luces y esperanza”.

Gutiérrez señaló que la democracia liberal y la libertad económica se han deteriorado en los últimos 20 años, y que la política se ha convertido en un “desagüe” donde los ciudadanos están “atrapados en un sistema de democracias disfuncionales y de fachada: populistas y autoritarias”. También destacó que Europa ha sufrido especialmente este deterioro.

En cuanto a Estados Unidos, Gutiérrez expresó su preocupación por “la espiral de gasto y deuda insostenible” y el desmantelamiento del modelo de instituciones y Estado de derecho que lo hicieron una nación exitosa.

Ante este panorama, las “opciones” son preocupantes. Gutiérrez calificó a China, Rusia e Irán como “Estados criminales con agendas imperiales”, cuyos intereses chocan con los valores del Occidente libre.

Para finalizar, Gutiérrez recordó la importancia de que Rusia no triunfe en la guerra, pues tendría “consecuencias devastadoras para Europa”. Además, indicó que esto podría ser el precedente para que “Taiwán se vea en peligro de caer ante China, Corea del Sur ante el Norte, y Medio Oriente se incendie otra vez”. Es decir, es vital que Occidente regrese a la agenda de la libertad y la racionalidad política.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Román Ortiz, experto en seguridad y geopolítica, y a Ignacio Montes de Oca, escritor y periodista, sobre las tensiones geopolíticas que atraviesa el mundo.  

Ortiz comenzó destacando que la amenaza más preocupante que enfrenta Europa es la amenaza rusa: “Para Rusia, Putin en particular, Ucrania es solamente el primer plato. Si no se frustra su interés expansionista en Ucrania, vamos a tener un conflicto con los bálticos y, es posible que más adelante, con otros países de Europa”.

Por otro lado, aseguró que Europa está ante un reto con la nueva política exterior de Estados Unidos en relación con la seguridad del continente. Sin embargo, considera que es una oportunidad para la región de rearmarse. Si no lo logran, “los Estados europeos van a perder su soberanía y van a quedar bajo la esfera de influencia rusa. Sobre todo, Europa del Este”.

Respecto a hacia dónde va el mundo, Ortiz expresó que hay dos cuestiones que determinarán esto: “Si las tendencias autoritarias que se están manifestando dentro de Estados Unidos se consolidan o, por el contrario, si la sociedad civil norteamericana demuestra que puede contener esas pulsiones autoritarias y retornar o reconstruir la fortaleza de la democracia liberal”. Añadió que “el otro reto es si Europa puede permanecer unida o si las fuerzas nacionalistas que están creciendo en algunos países se imponen y hacen más fácil que Moscú influya en Europa”.

Ortiz señaló que, a su parecer, estamos “en algo pero que la Guerra Fría” por la “competencia entre múltiples potencias” entre Rusia, China, Estados Unidos y Europa. Aseguró que la gran pregunta es si “Europa y Estados Unidos van a seguir juntos y, si no, si Europa puede jugar como fuerza autónoma”.

Por último, Ortiz expresó que Putin “ha asociado su supervivencia política no solamente al desenlace de la guerra en Ucrania, sino de su política expansionista”. Por lo cual, a su juicio, “Ucrania es solamente un capítulo de un proyecto expansionista mucho más grande”.

Por su parte, Montes de Oca expresó que Ucrania ha demostrado ser resiliente y “ha demostrado que quiere la paz”. Sin embargo, señaló que, al momento de independizarse y deshacerse de sus cabezas nucleares, quedó desprotegida y “fue atacada por Rusia”. Añadió que, ante un mundo en donde parece que se ha perdido el Estado de derecho y se “impone la ley del más fuerte”, es útil preguntarse si es “válido seguir defendiendo la idea de que los países no tienen que proliferarse nuclearmente”.

Por otro lado, Montes de Oca señaló que Europa debe tener capacidad de sobra para defenderse. No solo para enfrentar a Rusia, sino “a cualquier otro adversario que se le presente”. Sin embargo, ve que el problema en Europa es que se preocupó por otros temas “como el género o el ambiente” que no resultan “prioritarios para la defensa”.

Respecto a si se debería o no usar los activos rusos confiscados para financiar la reconstrucción de Ucrania, Montes de Oca expresó que “desde los acuerdos de Versalles queda claro que cuando un Estado provoca daño, tiene que pagar por ello”, por lo cual considera esto viable. No obstante, señaló que la pregunta que debemos hacernos es: ¿de dónde saldrá el resto para la reconstrucción? Y ¿cuál debiera ser el “mecanismo para que Rusia termine de pagar el daño que ha causado y otros países no vuelvan a caer en una tragedia como la de Ucrania”?

Para finalizar, en el plano de América Latina, y cómo se verá afectada la región por el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Europa, Montes de Oca señaló que hay dos problemas. El primero, el comercio internacional, el cual está “siendo dañado y del que nuestros países viven cada vez más”. El segundo, la carrera armamentista: “Nuestra región es considerada la más pacífica del mundo. En consecuencia, los presupuestos militares cayeron”.

 

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