Globalization in Times of Pandemic

Globalization in Times of Pandemic
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Daphne Posadas es Directora del Área de Estudios Internacionales en Fundación Libertad y Desarrollo. Participa en espacios de análisis político en radio, televisión y medios digitales. Está comprometida con la construcción de un mundo de individuos más libres y responsables.
23 Mar 2020

Mientras el mundo batalla una de las peores desgracias de los últimos 50 años, los beneficios de la globalización se vuelven a poner sobre la mesa del debate internacional.

La tecnología nos permite interactuar con personas que se encuentran a kilómetros de distancia sin siquiera movernos de nuestros hogares. Hacer transacciones en cualquier parte del mundo es tan sencillo como dar un click. La globalización nos ofrece un mundo interconectado en el que es posible satisfacer nuestras necesidades y perseguir nuestros objetivos de manera más sencilla.

La información disponible del mundo entero y en tiempo real puede estar en la palma de nuestras manos. Todo esto es producto de años de la creatividad humana que propone soluciones a los problemas de siempre; y el ingenio de otros que nos permite soñar con la posibilidad de un nuevo y mejor futuro.

Ahora bien, la historia es testigo de que en la medida en la que el mundo se ha vuelto más complejo, sus problemas también se han intensificado. Juntos hemos enfrentado amenazas comunes como las pandemias, las guerras y los desastres naturales. Este año, y de manera inesperada, nos enfrentarnos a una de ellas.

La peste negra, la cólera y la gripe española -por mencionar algunas de las peores pandemias- provocaron la muerte de varios miles de millones de personas. Pero la experiencia acumulada y la innovación nos han permitido hacerles frente de manera más efectiva. Una tendencia consistente es que en la medida en la que la razón humana y la tecnología se combinan, se produce una reducción gradual en las tasas de mortalidad para estas enfermedades.

La expansión de nuestras redes sociales y comerciales implica responsabilidad en muchos aspectos. La libertad de interactuar con personas en otras partes del mundo es – y debe ser- inseparable de la responsabilidad de las acciones en lo individual para hacer de nuestro mundo un lugar mejor.

Ante la amenaza global que enfrentamos, muchos gobiernos han cerrado sus fronteras. Cientos de noticias con desinformación han viajado a través del mundo provocando pánico para quienes las leen. Ese miedo nos ha arrojado a creer que la interconectividad que disponemos hoy nos ha vuelto más vulnerables. No quedan dudas que hay algunos riesgos en las múltiples transacciones que ocurren a diario, sin embargo, los beneficios los superan por mucho y en todo caso, es la misma globalización la que nos ofrece alternativas para ellos.

La globalización no nos hace más débiles, por el contrario, más fuertes. Es a través de esa capacidad de generar más y mejor conocimiento que se logran encontrar soluciones a problemas complejos como el que hoy enfrentamos. Es unidos, como siempre lo hemos hecho- y con el intelecto de muchos individuos trabajando al unísono para dar respuestas a las encrucijadas de los tiempos que lograremos sobreponernos una vez más a esta amenaza común.  

La globalización no debe ser vista como un enemigo, sino, como lo que es y debe seguir siendo, nuestro mejor aliado.