Unas alegres elecciones… bastante atípicas

Unas alegres elecciones… bastante atípicas
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Director del Área Política de Fundación Libertad y Desarrollo. Licenciado en Ciencia Política, catedrático y analista político en el programa Sin Filtro de Guatevisión.
24 Ene 2019

Cinco dinámicas normativas y políticas del Proceso Electoral guatemalteco del 2019.

Con la convocatoria a elecciones generales del pasado viernes 18, formalmente ha arrancado el proceso electoral en Guatemala. Un proceso, que vale recordar, parece configurarse con dinámicas bastante atípicas. Esto, como consecuencia de una serie de reformas normativas que por primera vez serán implementadas. Y también, producto de dinámicas políticas que han trastocado los incentivos del sistema.

Sin duda, el primer gran cambio es el calendario electoral. Guatemala se enfrenta a un escenario de transición similar al de México: tendremos un Presidente electo desde mediados de agosto coexistiendo con un Presidente saliente, y en franco debilitamiento, durante cinco meses. Predecir desde ya los efectos de esta convivencia resulta complicado. Pero de experiencias similares, como la mexicana, es evidente que el poder real, la atención mediática y la agenda política se traslada gradualmente hacia el Presidente electo en detrimento del saliente.

En segundo término, esta elección tendrá una dinámica muy atípica en cuanto a campaña electoral. Hagamos una sencilla comparación: estamos en el equivalente de mayo del viejo calendario electoral. Y a estas alturas del juego, no hay vallas, ni publicidad de candidatos. Nada. Esto, consecuencia del endurecimiento de las sanciones por campaña anticipada, práctica que lentamente parece fenecer.

A ello agreguemos tres variables más. Primero, que bajo las nuevas reglas electorales, los partidos políticos tendrán acceso igualitario a medios de comunicación. Segundo, la reducción del techo de campana, de $1 dólar a $0.50 por empadronado. Tercero, derivado de los casos judiciales 2016-2018, es relativamente fácil predecir que el financiamiento privado de la campaña 2019 estará deprimido.

La sumatoria de esas tres variables arroja una gran conclusión: esta será una campaña con limitada exposición mediática de los candidatos presidenciales. El efecto político es fácil de identificar. Se vuelve más complicado para los candidatos menos conocidos alcanzar “conocimiento universal”. Esto implica que el mayor activo para un candidato en esta elección es tener una imagen ya posicionada, y un capital político establecido. Construirlo de cero, será difícil. Porque no habrá ni recursos, ni medios, ni tiempo.

La tercera dinámica atípica será el efecto de la movilización en tierra. En 2011, la campaña electoral a nivel rural se definió en términos de dos ejércitos de votantes (UNE y Patriota) que fueron movilizados los días de la elección. Pero para 2015, resultó que la movilización en tierra fue un factor secundario, y el clientelismo se diluyó entre los múltiples partidos que repartían prebendas. Predecir si 2019 será más como 2011 o como 2015 resulta muy difícil a estas alturas del juego.

La cuarta variable atípica es el posicionamiento de los candidatos. Contrario a elecciones pasadas, resulta difícil identificar a un “favorito” al inicio del proceso. A ello agreguemos la posibilidad que tres candidatas mujeres (Thelma Aldana, Zury Rios y Sandra Torres) se posicionen como favoritas en la elección. Eso, sin duda, es inédito, para la historia política de Guatemala.

En cambio, una dinámica que seguramente continuará y se profundizará, será la judicialización de las candidaturas electorales. Al igual que en 2011 y 2015, se vislumbra desde ya decenas de casos de potenciales candidatos, cuya participación seguramente se definirá en las cortes. Candidatos sin Finiquito, posibles conflictos con el artículo 186 constitucional, la participación de los tránsfugas, participación de candidatos de partidos que fueron cancelados, o candidatos con posible incompatibilidad por falta de idoneidad y honorabilidad, terminarán peleando su caso ante la Corte de Constitucionalidad.

Por todo esto, y mucho más, bienvenidas estas alegres, pero atípicas, elecciones.