
El dinero público no debe desperdiciarse
Los políticos y varios grupos de presión están de fiesta en Guatemala. Cada vez se ponen más creativos para gastarse los recursos de los tributarios.
Los transportistas están pidiendo Q35 millones para transporte gratuito de personas mayores. Un grupo de diputados propone Q110 millones para subsidios a personas que vieron afectadas sus viviendas por los sismos de este año.
Los veteranos militares piden Q1,900 millones para recibir Q24,000 cada uno en los próximos dos años. Esto es adicional a los miles de millones que ya han recibido los expatrulleros y que todavía siguen demandando más dinero. ¿Por cuánto tiempo más se les tendrá que regalar dinero?
A esto se suma el aumento del presupuesto que se está planteando para el 2026, que ya incluye varios programas sociales.
Sin duda hay muchas necesidades en el país. Eso es innegable, pero la solución no es regalar dinero a diestra y siniestra. Los políticos quieren quedar bien y ganar votos con el dinero que no les pertenece.
Mientras el gasto en salarios del gobierno ha crecido en los últimos 15 años, la inversión se redujo y el resultado es que nuestras carreteras se caen a pedazos. Los diputados se aumentaron el sueldo, pero también los trabajadores del Ministerio Público y ahora los del Organismo Judicial. Todos felices a costa del esfuerzo y trabajo de los guatemaltecos que pagamos impuestos.
Regalar el dinero o simplemente aumentar el gasto en salario no mejorará las condiciones de vida de los guatemaltecos.
La fiesta que están haciendo con nuestros recursos debe terminar. Los diputados, los magistrados y el ejecutivo deben rendir cuentas a la población. Ya basta de tanto cinismo y desvergüenza.
*Columna publicada originalmente el 9 de octubre en Nuestro Diario