Los pueblos que dejan de soñar están condenados a obedecer

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Programa

En el programa de esta semana, analizamos los peligros que enfrenta el mundo y las oportunidades que se abren para el futuro.

 

Dionisio Gutiérrez inició señalando que América Latina se ha acostumbrado a vivir “al borde del colapso y, sin embargo, seguir bailando”, y que 2026 nos encuentra con un escenario global tenso: guerras en varias regiones del mundo, élites distraídas y una economía internacional complicada.

 

Ante este contexto, señaló que “el mundo que nos rodea ofrece poco consuelo”. Mencionó que la guerra en Ucrania continúa mostrando “la capacidad del mal”, que en Medio Oriente “el fuego nunca duerme” y que China avanza “como un dragón con modales de diplomático y apetito de conquistador”, mientras Estados Unidos, atrapado entre crisis políticas, “dejó de liderar el mundo libre”. Además, advirtió que la inteligencia artificial “está en una carrera sin árbitro”, aumentando la incertidumbre global.

 

Sin embargo, Gutiérrez considera que América Latina intenta corregir su rumbo. Recordó que “sin democracia no hay convivencia y sin libertad no hay prosperidad”, y que algunos países están redescubriendo estas verdades fundamentales. Subrayó que la región vive marcada por gobiernos más atentos al poder que al ciudadano, y que Centroamérica continúa “congelada en sus propios flagelos internos”.

 

Por otro lado, señaló que a pesar de que las élites y muchos políticos siguen “esmerándose en hacer el ridículo”, no todo está perdido: las sociedades están más informadas y los jóvenes comprenden que “la libertad no es un eslogan, sino un deber”. También destacó la presencia de líderes “escasos pero valientes” que denuncian la corrupción, los abusos y la incompetencia “sin pedir permiso al populismo ni perdón al autoritarismo”, porque saben que “los pueblos que dejan de soñar están condenados a obedecer”.

 

Para finalizar, Gutiérrez afirmó que, aunque el panorama es turbio, conviene ejercitar “no la esperanza que espera milagros, sino la que construye con esfuerzo”. Recordó que “América Latina no está destinada al fracaso; simplemente, tiene una relación complicada con el éxito” y llamó a que 2026 nos encuentre despiertos, exigiendo gobiernos con honestidad y visión, porque el futuro “sigue ahí, esperando a quien se atreva a imaginarlo”. Imaginarlo mejor, sigue siendo “el primer paso para construirlo”, aseguró.

 

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Manuel Llamas, director del Instituto Juan de Mariana, sobre los peligros que enfrenta el mundo y las oportunidades que se abren para el futuro.

 

Llamas inició advirtiendo que, de cara a 2026, persisten señales de alerta para la región: “hay riesgos evidentes: el Estado de derecho, la autocracia, el intervencionismo público”. Sin embargo, añadió que también existen “motivos más que de sobra para la esperanza”, pues observa “un cambio de rumbo claro de la mano de nuevos líderes” y de un ideario liberal-conservador renovado.

 

Sobre el clima internacional, Llamas considera que 2026 traerá “otro año de titulares apocalípticos”, pero no un colapso. Resaltó que la humanidad vive “el mejor momento de su historia” gracias “a la extensión del capitalismo, la propiedad privada y las ideas de la libertad”, motivo por el cual se declaró “muy optimista respecto al futuro del mundo a medio y largo plazo”.

 

Además, recordó que en el terreno geopolítico, los conflictos bélicos “son una constante en la historia del ser humano”. Indicó que la guerra en Ucrania se mantiene viva porque Rusia “se ha encontrado con una resistencia muy fuerte”, lo que acabará “minando el liderazgo de ese autócrata que es Putin”. Sobre Oriente Próximo, afirmó que el acuerdo alcanzado en Gaza es “endeble”, pero confía en que sea duradero.

 

Respecto al ámbito político en Hispanoamérica, Llamas sostuvo que existe “un cambio de rumbo” profundo. Señaló que el ideario liberal-conservador estaba huérfano “desde la desaparición de Margaret Thatcher en Reino Unido o de Ronald Reagan en Estados Unidos”, pero que ese referente “ha nacido precisamente en Hispanoamérica, de la mano de Javier Milei”. A su juicio, se trata de “un cambio estructural, sociológico y de largo plazo”.

 

Sobre las élites de la región, lamentó que “algunos pecan de ignorancia” y subrayó la importancia de la “batalla de las ideas”, que debe librarse con “convicción, valores y honor”, y no con “el juego del engaño”.

 

Si tuviera que describir el espíritu de Iberoamérica en una sola palabra, Llamas diría: “Rebeldía”. Afirmó que la región “está renaciendo de sus cenizas” y abrazando “las ideas de la libertad, de la propiedad privada, del Estado de derecho, de la división de poderes, de la democracia representativa, del capitalismo”. Aseguró que el futuro de Hispanoamérica es “brillante” y “esperanzador”.

Sobre los riesgos derivados de países como México y Brasil, Llamas advirtió que “el gran peligro es la victoria de la autocracia”, la erosión del Estado de derecho y la deriva hacia “la dictadura”. El segundo riesgo, agregó, es que terminen convertidos en “narco dictaduras” debido al peso del terrorismo y las mafias del narcotráfico.

Para finalizar, Llamas afirmó que los liberales deben “dar las batallas en todos los frentes”, porque la lucha por la libertad “nunca termina”. Insistió en que “no hay políticas liberales sin políticos liberales” y que es necesario mantenerse “siempre en el combate político, en el combate de las ideas”.

 

Para ver el programa completo, haga clic aquí

 

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