En el programa de hoy analizamos el fracaso de las políticas de redistribución y su uso por parte de gobiernos populistas en la región. 

En su editorial, Dionisio Gutiérrez se refirió a los logros del Estado liberal democrático: “Un Estado Democrático y de Leyes que se respetan es una obra cultural que se alcanza a través de la educación, el tiempo y una larga práctica de instituciones políticas garantes de la justicia, el Estado de Derecho y la libertad. La salud de las democracias latinoamericanas depende de que se respeten y se hagan cumplir sus Constituciones”.

También, señaló las profundas debilidades de la región en construir repúblicas funcionales con Estado de derecho: “Sin embargo, hay síntomas evidentes y dolorosos de que América Latina sufre un subdesarrollo político que se manifiesta con la ausencia de Estado de Derecho, con la incultura de promulgar leyes que no se cumplen y fundar instituciones que no se respetan. La criminalización de la política está provocando en demasiados países de nuestra región la instalación y consolidación de Estados criminales”. 

Además, expresó la degradación institucional a la que han llegado los gobiernos de la región: “El descaro es tan grotesco, que algunos grupos llegan al extremo de afirmar que hay países que no funcionan sin corrupción. Es en esas condiciones cuando las economías dejan de servir a toda la sociedad. Los Estados criminales, pintados de derechas o de izquierdas, usan la corrupción, el populismo y la represión como herramientas de trabajo”.  

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó primero al doctor en Economía español Daniel Lacalle, sobre los peligros de las políticas redistributivas y el discurso populista. Posteriormente, entrevistó al doctor en Ciencias Políticas español, Eduardo Fernández, sobre los problemas de desempeño democrático que enfrenta la región, además de la publicación de su novela La verdad se encuentra en el bosque. 

Sobre el fracaso del intervencionismo redistributivo, el economista explicó: “La razón por la que la redistribución no funciona es muy simple: los gobiernos no dan nada que no hayan quitado antes. La ciudadanía tiende a olvidar que cuando el gobierno populista te promete que va a dar miles de unidades monetarias a cambio de nada, en realidad lo que están haciendo es quitar mucho más dinero en impuestos, inflación o en menor crecimiento. Al final, el populismo termina destruyendo lo que dice proteger porque siempre se presenta como el adalid de los pobres y lo que hace es generar la pobreza destruyendo el poder adquisitivo y la capacidad del Estado de financiarse y poniendo trabas al crecimiento y al empleo”.

Sobre las razones por las que América Latina no sale del círculo vicioso de pobreza, el académico argumentó: “Efectivamente el gran problema en América Latina es que muchas veces en el debate económico y político se le echa la culpa al neoliberalismo y al capitalismo, que es lo poco que hay y lo mucho que falta. El gran problema de América Latina es que buscan solucionar los problemas creados por un estatismo feroz y por la constante destrucción de gobiernos populistas, con mayor estatismo y mayor destrucción de la moneda. Argentina y Venezuela han fracasado absolutamente con el control del Estado y la destrucción de la moneda y siempre viene alguien que dice a los ciudadanos que esas políticas funcionarían si las aplican ellos”. 

En la siguiente entrevista, Dionisio Gutiérrez preguntó a Fernández sobre el porqué de la deriva institucional en la región: “Creo que en iberoamérica el problema es que el Estado ha sido un instrumento de enriquecimiento para determinadas élites políticas y no una herramienta al servicio de la sociedad. El Estado liberal basado en el imperio de la ley y no en las personas y el activismo cívico desafortunadamente brillan por su ausencia y tenemos que construirlo o promover para que las generaciones futuras disfruten de un porvenir próspero para todos”.

Sobre cómo comenzar a rescatar la política y solventar los problemas de la región, Fernández concluyó: “Varios países de América Latina están en una tormenta perfecta, hay fracaso económico y eso aumenta las frustraciones de la población. Hay problemas alrededor de la identidad y la tolerancia y se ha digerido mal la globalización, Muchas veces son naciones poco conectadas con el mundo, son naciones en cierto sentido que parece que quieren aislarse. Yo creo que el gran problema de las naciones iberoamericanas tiene que ver con el Estado de derecho, con la igualdad de las personas ante la ley y con el compromiso con la división de poderes y por supuesto con la defensa de la propiedad. Esas podrían ser las grandes líneas de acción para recuperar nuestros países”.

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