2016 ofrece ser un año especial

América Latina tendrá que redoblar esfuerzos para consolidar sus democracias y promover que sus ciudadanos se empoderen para defender con más determinación sus libertades civiles.
América Latina tendrá que redoblar esfuerzos para consolidar sus democracias y promover que sus ciudadanos se empoderen para defender con más determinación sus libertades civiles.
Llegó el momento de que las elites política e intelectual se pongan a trabajar en un proyecto de Estado que contemple el desarrollo de nuestras naciones para las próximas dos décadas.
Así como las redes sociales juegan un rol central en la organización espontánea de la sociedad civil que busca manifestarse, también son utilizadas por hábiles manipuladores.
Hacen falta liderazgos que sean capaces de canalizar en forma positiva la energía ciudadana que estamos estrenando en el país. El momento es ahora.
En estas organizaciones, América Latina tiene una nueva y valiosa oportunidad para rescatar su agenda de desarrollo, por tanto tiempo postergada y menospreciada por los políticos.
América Latina no termina de despegar y de convertirse en la potencia que merece ser. Hay demasiados mercenarios que ven la política como un instrumento para alcanzar un botín.
Mientras la tecnología habrá de depararnos avances extraordinarios para la humanidad en pocos años, crecen los seudodirigentes que están conduciendo al caos a sus países.
Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua se encuentran entre los países más disfuncionales del mundo.
En América Latina estamos pasando de la “criminalización de la política” a una institucionalización de “estados mafiosos” que ponen en peligro el sistema democrático.
El éxito de Costa Rica en el fútbol permite sacar algunas reflexiones: cuando se tiene en claro el proyecto y se trabaja a conciencia para el mismo fin, los goles aparecen.