A new crisis in the world banking system?

A new crisis in the world banking system?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
23 Mar 2023

Es probable que las acciones de los Bancos Centrales tengan éxito en contener la crisis. Sin embargo, el costo será tolerar una inflación más persistente en los próximos meses

 

En cuestión de pocos días, la economía global ha entrado en una nueva ola de incertidumbre y alta volatilidad. Tres bancos en Estados Unidos y uno en Europa, han desatado una tormenta en el sistema bancario internacional y han sembrado dudas sobre su estabilidad. ¿Por qué tuvieron que ser intervenidos estos bancos? ¿Estamos en una situación similar a la de 2008? ¿Hacia dónde va el sistema financiero internacional?

Lo primero que hay que decir sobre los tres bancos de Estados Unidos, es que no quebraron, sino que enfrentaron una crisis de liquidez que los llevó a una crisis de confianza y posteriormente fueron intervenidos. Esta distinción es importante. Cuando quiebra un banco, es porque sus activos no son suficientes para cubrir sus pasivos. En otras palabras, los bancos son incapaces de cumplir sus obligaciones de pago, aunque pudieran vender todos sus activos en ese momento.

En el caso de Silicon Valley Bank, el problema que disparó la crisis fue que sus depositantes iniciaron un retiro masivo de depósitos, al principio no porque desconfiaran del banco, sino porque necesitaban ese dinero para enfrentar los problemas que están atravesando en su sector. Cabe recordar que este banco estaba especializado en recibir depósitos de empresas tecnológicas, que están pasando por momentos difíciles y ahorita necesitan liquidez.

El inconveniente es que este banco tenía gran parte de su liquidez invertidos en bonos del tesoro de Estados Unidos. Estas inversiones son consideradas seguras, debido a que se cree que el gobierno de Estados Unidos nunca incumplirá su deuda y porque se venden fácilmente. No son activos “tóxicos” o créditos altamente riesgosos, como sucedió en la crisis de 2008.

Sin embargo, el banco había comprado esos bonos cuando las tasas de interés estaban bajas. Ahora que las tasas de interés están altas, para obtener el mismo rendimiento actual, estos bonos deben venderse con descuento. Cuando Silicon Valley Bank realizó la venta de una parte de sus bonos, tuvo pérdidas de casi $ 2 millardos, lo cual provocó una crisis de confianza entre sus clientes.

El banco no había quebrado con estas pérdidas, pero la crisis de confianza fue de tal magnitud, que no pudo hacer frente a los retiros masivos y finalmente fue intervenido.  En el caso de los otros dos bancos, Signature Bank y First Republic Bank, con algunas diferencias, también enfrentaron una crisis de liquidez y de confianza, que llevó a la intervención del primero y a la ayuda coordinada de once bancos por $30 millardos para afianzar la liquidez del segundo.

En el caso de Credit Suisse, no fue un problema de liquidez, sino una serie de escándalos por malos manejos en los últimos cuatro años que provocaron una severa crisis de confianza. Finalmente fue absorbido por su principal competidor, el banco UBS y la operación fue apoyada por el Banco Central de Suiza.

Ante estos eventos los principales Bancos Centrales del mundo iniciaron acciones coordinadas para garantizar la estabilidad del sistema financiero global, inyectando nuevamente grandes cantidades de liquidez y en el caso de la Reserva Federal, garantizando de facto todos los depósitos bancarios.

Las acciones de los Bancos Centrales han sido sumamente agresivas, queriendo evitar a toda costa un escenario similar al de 2008. El éxito de estas medidas dependerá de cuán creíbles sean ante el mercado. Por la reacción volátil de las bolsas de valores, parecería que la incertidumbre continuará por algunas semanas más.

Por otra parte, los Bancos Centrales enfrentan el peor escenario posible, dado que sus acciones para estabilizar el sistema financiero chocan con su objetivo de reducir la inflación. Lo más probable es que los Bancos Centrales “toleren” una inflación persistente, con tal de “salvar” el sistema financiero. Los recientes aumentos en las tasas de interés líder de 0.25% por parte de la Reserva Federal y de 0.50% parte del Banco Central Europeo, claramente son insuficientes para abatir la inflación actual.

Es muy temprano para anunciar un nuevo desplome del sistema bancario internacional. Aún no estamos en un momento similar a la quiebra de Leman Brother. Es probable que las acciones de los Bancos Centrales tengan éxito en contener la crisis. Sin embargo, el costo será tolerar una inflación más persistente en los próximos meses.