El salario mínimo provoca más daños que beneficios
En estas semanas, el presidente tendrá que decidir si aumenta o no el salario mínimo, lo que tendrá un impacto en la economía, para bien o para mal.
En 2025 el salario mínimo aumentó 10 % y en 2024 aumentó 7 %. El salario mínimo es 17.60 % más alto de lo que era en 2023. Esto puede sonar bien, pero ¿realmente beneficia a los guatemaltecos?
Lo primero es que el salario mínimo lo reciben solo el 34 % de los empleados, que son los que se encuentran en la formalidad. El restante 66 % no recibe el salario mínimo, debido a que sobreviven en laborales informales.
En el área rural, la informalidad aumenta a 77.8 %. El ingreso promedio que reciben los trabajadores en el área rural es de Q 1,986 y en los centros urbanos del interior el ingreso promedio es Q 2,772. Ambos ingresos están por debajo del salario mínimo de maquila de Q 3,097 y mucho más lejos del salario mínimo no agrícola de Q 3,723.
La conclusión de los datos anteriores es que, en la práctica, la gran mayoría de guatemaltecos están fuera del sistema formal y el salario mínimo es algo que no les beneficia.
Al contrario, cuando se aumenta el salario mínimo, cuesta más que una persona pase de la informalidad a la formalidad, debido a que las empresas pequeñas y medianas tienen mucha dificultad para pagar el salario mínimo.
Para aumentar el salario de todos los guatemaltecos, se necesita que vengan muchas empresas de todas partes del mundo a poner fábricas y que demanden trabajadores. Se necesita más productividad. Este debería ser el objetivo del gobierno.
Aumentar el salario mínimo beneficia a solo un tercio de los trabajadores, la gran mayoría ubicados en el área metropolitana. ¿Qué pasa con el resto? Olvidados, como siempre.
*Columna publicada originalmente en Nuestro Diario